Las 5 parejas que más amamos (y odiamos) de la televisión

Por: Redacción

Los domingos son para largas dosis de Netflix con tu amorcito y ya nos pusimos en el mood del romance. En nuestras series favoritas hay parejas que a veces amamos y quisiéramos ser ellos y a veces odiamos y definitivamente jamás quisiéramos estar en su lugar. Aquí las más icónicas.

Rachel y Ross – Friends

La pareja más icónica de la televisión. Una relación que cualquier psicólogo puede diagnosticar como tóxica y cero saludable. Los celos de Ross, su forma infantil de portarse con ella y sabotear su vida laboral. Siempre estuvieron juntos pero separados y se volvían a juntar una y otra vez. Ross siempre arruinó todo de la manera más torpe, mejor le hubiera quedado Joey, pero habría sido otra serie.

James y Alyssa – The End of The F***ing World

Un par de incomprendidos e inadaptados sociales que en su rareza se identifican. Este par es una de esas relaciones que amamos por un lado pero por el otro reconocemos la toxicidad que tiene y al proyectarnos dan ganas de salir corriendo.

Daenerys y Jon – Game Of Thrones

Aceptemos primero que Game of Thrones no es una serie para parejas felices, recuerda lo que le pasó a Ned y Catelyn (no spoilers, calma). Esta pareja no es una de las que amamos porque siempre estaremos pensando en Khaleesi. Típico que no superamos al ex, así sucede en este caso, que alguien traiga de vuelta a Khal y deje a Jon Snow sabiendo nada como siempre.

Piper y Alex – Orange is the New Black

Esta pareja de chicas es de las que desesperan a cualquiera. ¿Qué quieres, Piper Chapman? Decídete ya. Por un lado, pasamos episodios deseando que estén juntas, por el otro, que se separen ya y cada una encuentre a su cada cual. ¡Qué estrés!

Ted y Robin – How I Met Your Mother

Una y otra y otra vez pasamos nueve temporadas viendo cómo Ted moría por Robin y ella sí, pero no, pero tal vez… Qué emoción daba verlos juntos y qué coraje y desgaste también. Por eso, cada que Ted sale con una nueva chica, sentimos una especie de alivio, como si todos quisiéramos quitarnos la condena que representa estar enamorado tantos años de la misma persona.