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El Ikigai – La Neta Pechugona

Por: Armando Tovar

Hace 3 meses dejé mi trabajo godín… ¡y amé hacerlo!

Al principio entré en shock y, como todos, me sentí un poco insegura.

Siempre es abrumador dejar la comodidad de un sueldo fijo.



Nada como recibir quincenas y organizar tus gastos, pero fuera de ello, a mí me apaga el trabajo de oficina.

Es como si yo fuera una luciérnaga en un frasco a la que poco poco se le acaba el oxigeno y, por lo tanto, la luz.

Empiezo a subir de peso, a perder mi buen humor, a odiar al mundo y, por último, a querer sacrificar a mi jefe, que, en su defensa, esta vez no estaba nada mal. El trabajo simplemente no me motivaba.

Así que tomé todos mis miedos y organicé mis pensamientos caóticos que me volvían loca y respiré.



Primero recordé en qué soy buena realmente, reflexioné qué es lo que amo hacer y, por último, me puse en claro qué es lo que me puede mantener. Porque por mucho que me guste la vida hippie, también me gusta vivir bien.

Emma, editora en jefe de Coolture, revista donde me leen cada lunes, me sentó y me pidió que buscara cuál era mi Ikigai.

Y me dijo: «Si encuentras eso en tu vida no te queda más que ser feliz».

¿Y saben qué? Es verdad.

El Ikigai es encontrar eso que te apasiona, amas y, al mismo tiempo, te puede dar de comer.

Encontrarlo no es fácil, es una exploración máxima de todo tu ser.

Hay quienes lo tienen claro y otros que tenemos que buscar arduamente qué es lo que venimos a hacer a este mundo.

Partiendo de eso me dije 4 cosas:

1.Siempre has querido tener una voz, con tu columna vas por buen camino, pero todavía necesitas más, no es suficiente.
2. Amas vender. Es algo que te apasiona y el sabor de una venta es indescriptible. Es como si poder hacerlo fuera un superpoder.
3. Amas México y quieres ayudarlo.
4. Cantas. Así reflejas tu amor a la vida.

De ese modo llegué a estar parada en este segundo contándoles que firmé un contrato para ser modelo ‘curvy’ (ya se los conté en otra columna) y así planeo tener más voz.

Sé que como una modelo diferente puedo romper esquemas, llegar a mucha gente y trabajar porque tú que me lees te sientas empoderada o empoderado, aplica para ambos lados.

Como siguiente punto en mi Ikigai, tomé el teléfono y le hablé a mi amigo Ernesto.

Él vive en Oaxaca y es mi opuesto al mil. Estructurado, exigente y constante.

Es por eso que le dije que teníamos que ser socios y que mi idea era poder dar a conocer las artesanías mexicanas como algo invaluable para el mundo.

Sé que muchos lo hacen, pero no a mi manera.

Para mí, los objetos artesanales son parte de un proceso de tierra, amor y trabajo. Tenerlos cerca es un recordatorio de tu raíz.

Así, luego de varios meses, nació WOWXACA, objetos con alma de tierra.

Un proyecto donde combino todo lo que amo. Con él busco la explotación del ya mencionado Ikigai.

Ahora sólo queda lo de la cantada, pero bueno, estamos en proceso.

Recuerda que en la vida hay millones de caminos, pero fuiste hecho a mano para hacer algo en específico.

Búscalo con todas tus fuerzas, retómalo, analízalo y si fracasas a la primera, da igual, recuerda que de los fracasos aprendemos más.

No te apagues, no importa tu edad ni tu condición.

Si encuentras amor en lo que haces te dará lo suficiente para ser feliz el resto de tu vida.

Respira y a chingarle.

#lanetapechugona

 

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